Tratamiento mediante la Fisioterapia para el Síndrome del Músculo Piramidal

Tratamiento mediante la Fisioterapia para el Síndrome del Músculo Piramidal

Tratamiento mediante la Fisioterapia para el Síndrome del Músculo Piramidal

El síndrome del músculo piramidal se trata de una patología donde este músculo comprime el nervio ciático, desencadenando una serie de signos y síntomas que afectan la calidad de vida y el desempeño de la persona que lo padece. A continuación hablaremos acerca de esta patología y su intervención mediante la fisioterapia.

¿Qué es el síndrome del músculo piramidal?

El músculo piramidal se localiza en la región glútea del cuerpo, su principal acción es la rotación externa de cadera cuando la misma se encuentra en extensión completa o posición neutra. Cuando la cadera se encuentra en flexión de 90°, el músculo piriforme desempeña el papel de abductor, sin embargo, si la flexión es completa el músculo actúa como rotador interno.

El piriforme también se encarga de frenar la rotación interna que se realiza de manera rápida en la cadera, por lo tanto contribuye a la estabilidad de la misma, aunado a ello colabora manteniendo la cabeza del fémur en el acetábulo.

El síndrome del músculo piramidal es definido como un conjunto de signos y síntomas que se desarrollan debido a la compresión o irritación del nervio ciático, en la zona de su salida de la pelvis, en el canal situado entre el gémino superior y músculo piramidal.

Esta alteración provoca alteraciones sensitivas, motoras y tróficas en la región glútea, incluso puede extenderse a la región distal y posterior del muslo.

Tratamiento mediante la Fisioterapia para el Síndrome del Músculo Piramidal

¿Cuál es la etiología de este síndrome?

Este síndrome es causado principalmente debido a la contractura del músculo piramidal, sin embargo, son variadas las situaciones que pueden desencadenarlo. Se categorizan principalmente en 4 grupos:

Sobrecargas:

  • Realizar actividad física sobre terrenos irregulares.
  • Aumento de la intensidad y la duración de ejercicios de manera brusca.
  • Uso de calzado inadecuado.
  • Sedestación prolongada.
  • Rotación externa prolongada.
  • Insuficiencias biomecánicas:
  • Malas posturas al sentarse.
  • Alteraciones de la marcha.
  • Rigidez articular en la parte baja de la espalda.
  • Hiperpronación del pie.

Traumatismos:

  • El músculo se puede afectar debido a una caída o golpe directo sobre la nalga.

Otras causas:

  • Variaciones o alteraciones anatómicas.
  • Sobrepeso.
  • Anomalías del músculo con hipertrofia.
  • Lesiones neurovasculares.
  • Esfuerzo violento de rotación del tronco, cuando el pie se encuentra fuertemente fijado en el suelo.

¿Cuál es la clínica de esta patología?

En el síndrome piramidal el dolor es uno de los síntomas más frecuentes, el cual se presenta de forma unilateral en la región lumbar glútea y se irradia por el músculo en la cara posterior hasta el hueco poplíteo.

El dolor se puede convertir en crónico y es intensificado cuando se realiza presión directa sobre el músculo contra el nervio ciático en posiciones prolongadas, sobre todo cuando la cadera se encuentra en rotación interna, flexión y aducción, como sucede cuando el individuo se encuentra en sedestación.

Aunque es infrecuente que el paciente posea déficit neurológicos, puede haber sensación de hormigueo y entumecimiento en la pierna.

La dificultad para la marcha puede estar presente, al igual que cuando se cruza la pierna homolateral por encima de la otra, el dolor se intensifica cuando se toma la posición de cuclillas.

La debilidad, rigidez y restricción del movimiento son síntomas frecuentes presentes en este síndrome.

¿Cómo se diagnostica?

La historia clínica y la exploración proporcionan la información necesaria para obtener un diagnóstico preciso que identifique está lesión.

Existen numerosos signos clínicos que son usados para el diagnóstico de este síndrome, consisten en la contracción del músculo en contra de una resistencia o la elongación pasiva de este.

  • Maniobra de Pace: esta prueba permite reproducir el dolor del paciente, a través de la realización de abducción resistida de la cadera con el paciente en posición sedente.
  • Maniobra de Freiberg: en esta prueba se realiza un movimiento que forza la rotación interna de la cadera afectada cuando la extremidad se encuentra extendida, promoviendo al estiramiento del músculo piramidal, produciendo dolor en el paciente.
  • Maniobra de Beatty: en la zona glútea se reproduce el dolor debido a la contracción selectiva del músculo piriforme, el paciente debe colocarse decúbito lateral sobre el lado que no está afectado y con la cadera en flexión se realiza abducción del muslo y se mantiene por unos segundos.
  • Signo de Bonnet: en esta prueba se realiza aducción y rotación interna de la pierna que se encontrará flexionada.

En la exploración física, durante la palpación se podrá revelar puntos de gatillos localizados en este músculo, que se encuentran específicamente en la escotadura física y el dolor se irradiara a la cara posterior del muslo.

Las pruebas complementarias de imagen son usadas para el diagnóstico de diferentes enfermedades, en el caso de este síndrome la de mayor utilidad para su confirmación es la resonancia magnética, ya que esta cuenta con una resolución espacial mayor y de contraste frente a otras pruebas de imagen, lo que proporciona una buena definición de los tejidos blandos.

No obstante, es necesario realizar exploraciones radiológicas en la columna lumbar con la finalidad de excluir patologías asociadas a hernias discales o presencia de artrosis.

Es importante realizar estudios clínicos neurofisiológicos con el fin de confirmar la presencia de la compresión dinámica del nervio ciático.

De igual forma es necesario realizar un diagnóstico diferencial con las patologías siguientes:

  • Lumbalgia.
  • Hernia discal.
  • Bursitis isquioglútea.
  • Radiculopatías lumbares.
  • Síndrome de isquiotibiales.
  • Sacroileítis.

Tratamiento para el síndrome piramidal

El tratamiento conservador para este síndrome involucra la fisioterapia y el uso de fármacos, mientras en menor tiempo y de manera oportuna sea aplicado este tratamientos más efectivo será para esta patología.

Con la finalidad de aliviar el dolor se usará analgésicos, esteroides sistémicos, antiinflamatorios y relajantes musculares.

El tratamiento quirúrgico es usado como un procedimiento de último recurso, en caso de que la sintomatología no presente variación con respecto a los otros tratamientos. El principal objetivo de la cirugía es eliminar la tensión que genera el músculo piriforme para de esta manera eliminar la compresión del nervio ciático, la técnica utilizada es la liberación del músculo, que es realizada en su inserción femoral.

¿Cuál es el tratamiento mediante la fisioterapia para el síndrome del músculo piramidal?

El objetivo principal de la intervención de esta lesión mediante la fisioterapia en nuestras redes de clínicas FisioClinics, es eliminar los síntomas que presenta esta patología con la aplicación de un programa sistémico que proporciona un aumento del rango articular y elasticidad a la musculatura con la finalidad de mejorar la funcionalidad del segmento.

Se usarán diferentes recursos terapéuticos como:

  • Cinesiterapia: la cual usa el movimiento con una finalidad terapéutica, esta permite mantener y aumentar la amplitud de movimiento articular así como la fuerza muscular, proporcionando mejoras en la función y la liberación de las cargas que han sido impuestas en la articulación debido a posiciones incorrectas.

Dependiendo de las características y necesidades del paciente se seleccionarán entre las opciones que presenta esta técnica, bien sea la realización de movimientos pasivos, activos, con la implementación de ejercicios de contracciones isométricas o isotónicas, venciendo resistencias.

  • Masoterapia: la aplicación del masaje en fisioterapia es una alternativa altamente eficiente para el tratamiento del síndrome piramidal, debido a que la manipulación rítmica de los tejidos permite obtener numerosos efectos de carácter fisiológicos, como el aumento de la circulación y la temperatura que contribuye a la recuperación de estos, aunado a ello genera en el paciente efectos psíquicos positivos.
  • Electroterapia: es la aplicación de energía electromagnética en el organismo, el objetivo principal es provocar reacciones biológicas y fisiológicas, que son usadas con la finalidad de mejorar el estado de los tejidos cuando se encuentran alterados.

Aunque existen diferentes tipos de corriente y aplicación dentro de la electroterapia, para el síndrome piramidal son usadas las corrientes interferenciales ya que proporciona efectos analgésicos y que desencadenan relajación en el organismo.

El ultrasonido, en sus dos tipos de modalidades resulta de gran ayuda para el tratamiento de esta alteración, la elección depende del efecto que se está buscando provocar, bien sea térmico o mecánico.

  • Crioterapia: el uso del frío como medio terapéutico resulta una herramienta útil en fisioterapia para el manejo de este síndrome, debido a que el enfriamiento reduce la actividad de los huesos musculares, proporcionando aumento en la relajación del músculo y gracias a su interferencia en el recorrido de los nervios periféricos, disminuye la intensidad que puede tener el dolor.
  • Hidroterapia: el agua como herramienta terapéutica, a través de sus propiedades físicas que aportan enérgica mecánica o térmica a la superficie corporal, permite una mejora en el metabolismo y la circulación local, aumenta la elasticidad de los tejidos, relaja la musculatura y produce analgésicos.

En el tanque terapéutico, luego de haber obtenido un diagnóstico y un plan de tratamiento a través de criterios individualizados y basándose en la palpación de los puntos y las zonas dolorosas, se pueden aplicar diferentes técnicas que permiten la relajación de la musculatura, mejorando la elasticidad del músculo, tendones y ligamentos.

La fisioterapia en el tratamiento del síndrome piramidal desempeña un papel importante, permite una recuperación adecuada del paciente y contribuye a que este pueda desarrollarse en sus actividades cotidianas de manera satisfactoria y sin limitaciones, mejorando así su salud y calidad de vida.