Las lesiones musculares están fuertemente relacionadas con el ámbito deportivo, las mismas pueden ser abordadas a través de tratamientos conservadores, sin embargo, cuando el segmento lo requiere es necesario un tratamiento quirúrgico. El tratamiento posterior a esta intervención desempeña un papel importante para la recuperación del individuo.
¿Qué son las lesiones musculares?
Una lesión muscular se origina comúnmente debido a situaciones traumáticas y está fuertemente relacionada con la actividad deportiva.
Una lesión muscular es aquella alteración que puede surgir en un músculo o grupo muscular debido a numerosos factores.
Una manera de poder diferenciar el tipo de lesión es debido a su mecanismo de producción, las lesiones pueden ser traumáticas o agudas, o lesiones que se originan por su uso excesivo que son consideradas como crónicas.
Las lesiones agudas resultan de una situación traumática y poseen gran repercusión en la musculatura a diferencia de las crónicas, las cuales son más sutiles y normalmente son producidas debido al microtraumatismo en el músculo.
¿Cuál es la clasificación de las lesiones musculares agudas?
Dentro de las lesiones agudas hay una subdivisión la cual clasifica las lesiones por mecanismos directos o indirectos:
Las lesiones musculares directas:
Heridas musculares: se trata de laceraciones musculares parciales o totalmente producidas debido a un agente cortante, el cual provoca la separación de la continuidad de los extremos de la musculatura, hay un hematoma que rellena la cavidad entre ambos. La gravedad de esta lesión está determinada por el tamaño de la sección, la proximidad algún pedículo nervioso muscular y la dirección del agente cortante.
Contusiones musculares: se tratan de lesiones producidas debido a agentes traumatizantes que no penetran el músculo. Está al igual que los desgarros musculares son las más frecuentes y corresponden el 90% las lesiones deportivas.
Desgarro muscular o rotura muscular: esta lesión se origina cuando el músculo se estira de manera brusca superando su capacidad y es producido debido a una fuerza intrínseca gracias a una contracción excéntrica o estiramiento repentino del músculo, esto puede surgir en la gran mayoría de los músculos y sus segmentos, como en el recto anterior del cuádriceps. Después de las contusiones este tipo de lesión son las más frecuentes, la mayoría resultan ser leves y su recuperación no presenta mayor problema. Según su gravedad se clasifican en tres grados:
- Grado I o leve, se caracteriza por afectar a un número limitado de fibras, donde no hay una disminución de la fuerza y se conservan los rangos articulares tanto activos como pasivos y puede presentar un poco de dolor y sensibilidad en la zona.
- Grado II o moderado, gran parte de las fibras que corresponden al vientre muscular están rotas, el paciente puede presentar cierto dolor agudo y significativo el cual se reproduce durante la contracción, además de estar acompañado de hinchazón y disminución de la fuerza.
- Grado III o Severo, hay una rotura completa del músculo, la hinchazón y el dolor son bastante fuertes y posee pérdida completa de la funcionalidad. En este artículo nos enfocaremos en el tratamiento de este grado, comúnmente requiere una intervención quirúrgica.
La sintomatología que caracteriza a las lesiones musculares como los desgarros es el dolor agudo, el cual comienza de manera brusca durante las actividades intensas y que puede impedir su continuación.
En la exploración física se observa dolor e inflamación en lugar de la lesión del músculo que se encuentra comprometido, equimosis y dolor al mover las articulaciones en las cuales el músculo efectúa su función, sumado a ello se le une la debilidad muscular.
En el caso de una rotura completa o severa se puede palpar la discontinuidad muscular.
Los factores que predisponen al surgimiento de estas lesiones son: un calentamiento ineficaz, una falta de flexibilidad en los músculos, fatiga debido al uso excesivo y desequilibrio muscular.
¿Cuál es el tratamiento conservador para esta lesión?
El proceso de reparación del músculo lesionado suele seguir un mismo patrón independientemente de la causa, sin embargo, la recuperación funcional sí variará según el tipo de lesión que el individuo presenta. En relación a las fases de reparación se dividen en:
- Fase destrucción: la cual comienza justamente luego del traumatismo que dejara lesionada las fibras musculares, en este las miofibrillas se necrosan debido a la de torsión del sarcoplasma donde se detienen a las pocas horas de vida las vesículas lisosomales formando entonces una membrana temporal.
- Fase reparación y remodelación: las fibras comienzan a regenerarse gracias a las células satélite formando entonces una cicatriz en el tejido conectivo, en el espacio donde se encuentran las fibras desgarradas.
En relación al tratamiento:
Al principio de esta lesión se aplicará el protocolo RICE que consiste en reposo, hielo, compresión y elevación, ya que éste se considera el mejor método para minimizar la hinchazón, además de contribuir en el alivio del dolor durante las primeras 24-48 horas.
El período de reposo será corto, con la finalidad de evitar la formación excesiva del tejido cicatrizal y prevenir futuras restricciones de la rotura.
Además de ello se busca evitar también atrofia muscular.
Al realizar movilizaciones tempranas y progresivas se inducirá a cambios histológicos significativos como es mayor vascularización en el área lesionada, mejorar la regeneración de las fibras musculares y la orientación paralela de las mismas.
En el desgarro muscular según sea su volumen tarda entre 3 y 16 semanas en curarse, en este proceso de curación interviene la capacidad de regeneración muscular y la cicatrización fibrosa.
El tratamiento conservador de la rotura del recto anterior del cuádriceps será aplicado siempre y cuando el paciente no presente grandes fragmentos en separación, es decir, no se encuentre en el grado 3 de severidad. Dicho tratamiento incluye primeros auxilios con la finalidad de minimizar posibles sangrados e hinchazón, modalidades de electroterapia; como ultrasonido para promover la formación de las cicatrices, además de masajes estiramiento y fortalecimiento sobre todas en las etapas finales de la curación.
Básicamente, el tratamiento para esta lesión va a constar de un reposo breve o relativo, compresión, inmovilización en un corto periodo, elevación y fisioterapia, con respecto a esta su principal será que desaparezca lo antes posible el dolor y la hinchazón, buscando la recuperación de la fuerza y la elasticidad de la musculatura.
En el caso de la distensión o la rotura del recto anterior del cuádriceps, es importante colocar la rodilla a 120 grados de flexión en los 10 minutos posteriores al momento que se ha lesionado, de esta manera se evitan las posibles retracciones musculares, se reducirá la hemorragia y se minimiza el riesgo de desarrollar miositis osificante. Si se coloca la rodilla en extensión el proceso de curación será mucho más lento y doloroso debido a que el músculo comenzará a cicatrizar en una posición acortada
Tratamiento posquirúrgico para la rotura del recto anterior del cuádriceps
La intervención quirúrgica se considera en casos específicos, como cuando ocurre un desgarro muscular completo o distensión en un músculo que presenta poco o ningún músculo agonista.
Luego de la intervención, la extremidad estará envuelta con un vendaje elástico con la finalidad de proporcionar compresión debido a que se requiere una inmovilización relativa.
El objetivo principal de la fisioterapia en el tratamiento de quirúrgica de la rotura del recto anterior del cuádriceps es:
- Eliminar el dolor.
- Conseguir una cicatriz que sea mucho más elástica y sin adherencias.
- Eliminar el edema.
- Conseguir nuevamente el rango de movimiento articular de la rodilla.
- Mejorar el estado del músculo tanto su fuerza como su resistencia
- Conseguir un patrón de la marcha correcto, en FisioCampus contamos con cursos que proporcionan a el fisioterapeuta conocimientos más amplio acerca de la biomecánica de la marcha.
Tras haber recibido el alta hospitalaria el paciente usará férula aproximadamente entre 3 y 4 semanas y posterior a ello comenzará con ejercicios de carga parcial y flexión según la tolerancia del mismo
- Entre la primera y la segunda semana; los objetivos principales serán disminuir el edema y el dolor que puede estar presente en la porción del músculo recto anterior del cuádriceps, mantener y ganar rango articular, mantener fuerza, reeducar la marcha con el uso de bastones y realizar tratamiento cicatrizales.
Se realizarán manipulaciones de despegamiento de adherencias, hidroterapia, ejercicios de contracción isométrica del cuádriceps y estiramientos pasivos.
- Entre la tercera y la cuarta semana se buscará aumentar la fuerza muscular de manera progresiva y mejorar la propiocepción de las articulaciones que se encuentra comprometidas, se realizarán estiramientos activos asistidos del cuádriceps y potenciación del cuádriceps en cadena cinética cerrada
- En relación a la quinta y la sexta semana; los objetivos principales serán aumentar el rango articular, aumentar la fuerza, mejorar la propiocepción y el patrón de la marcha.
- En la séptima y octava semana; se buscará conseguir la independencia del paciente en su actividad de la vida diaria, además de conseguir la máxima funcionalidad posible para reincorporarse de manera satisfactoria en sus actividades laborales y recreativas.
A pesar de que a través de este artículo se han nombrado algunas técnicas que pueden ser beneficiosas para el tratamiento de esta lesión, es importante destacar que el programa mediante la fisioterapia estará adaptado a las necesidades y características que presente cada paciente, por lo consiguiente es necesario trabajar con terapeutas especializados que tengan conocimiento amplio sobre estos temas en nuestras redes de clínicas FisioClinics contamos con profesionales qué trabajarán en pro a una recuperación satisfactoria de esta y otras alteraciones relacionadas con el aparato músculo esquelético.