Codo de tenista y su intervención desde la fisioterapia

Codo de tenista

Codo de tenista

Se puede decir, que la epicondilitis o codo de tenista es quizá una de las afecciones más comunes que se encuentran  dentro de la población adulta, en especial en aquellos que practican deportes de manera amateur, desencadenando una manifestación clínica dolorosa que puede llegar a incidir sobre el estado de salud física y desarrollo de otro tipo de actividades, por tanto, a continuación se mencionará un abordaje fisioterapéutico para ello.

En los últimos años se ha venido implementando la aplicación del masaje transverso profundo propuesto por James Cyriax, el cual dentro de sus beneficios incluye la reorganización de fibras de colágeno al igual que el llamado de sustancias regeneradoras que facilitarán el proceso de recuperación, si quieres aprender más sobre ésta técnica puedes asistir al curso dictado por Fisiocampus.

Así pues, se hace necesario la descripción anatómica de ciertas estructuras que se ven afectadas directa o indirectamente gracias a la presencia de la epicondilitis.

Complejo articular del codo

Se habla de una sumación de articulaciones muy importantes en el cuerpo humano, donde se incluyen las siguientes:

Articulación humerocubital

Se trata de una articulación de tipo sinovial troclear o gínglimo, la cual es capaz de realizar un solo grado de libertad, es decir, que puede moverse a través de un plano (sagital) y un eje (transversal) descrito anatómicamente para facilitar en éste caso los movimientos de flexoextensión, sus carillas articulares están formadas directamente por la tróclea humeral quien se articula con la escotadura troclear del cúbito. Así mismo se puede destacar la presencia de los epicóndilos mediales y laterales del húmero de donde parten importantes grupos musculares hacia la región de la mano y muñeca.

Articulación humeroradial

Articulación de tipo sinovial esferoidea, en donde sus carillas articulares se conforman directamente por la cúpula radial quien se une al cóndilo humeral.

Articulación radiocubital proximal

Se trata de una articulación de tipo trocoide, es decir, que realiza movimientos o giros sobre su propio eje, desplazándose a través de un solo plano (transversal) y eje (longitudinal) lo que en éste caso se refiere a los movimientos de pronación y supinación del antebrazo.

En tal sentido, se puede decir, que dentro de éste complejo articular existen importantes estructuras ligamentarias que facilitan la estabilidad pasiva articular, dentro de los cuales se pueden destacar los siguientes:

  • Ligamento colateral radial: Es un ligamento bastante desarrollado, dividido en tres (3) fascículos, anterior, medio y posterior que se disponen desde el epicóndilo lateral hasta llegar a la escotadura radial del cúbito, cabeza del radio y al olécranon respectivamente.

  • Ligamento colateral cubital: Se trata de un ligamento sumamente espeso, quien parte del epicóndilo medial del húmero y se dispone en tres (3) fascículos anterior medio y posterior, los cuales terminan sobre la apófisis coronoides y olécranon respectivamente.

  • Ligamento anular del radio: Siendo considerado un anillo incompleto cuyos fascículos reborde a la cabeza del radio formando un semicírculo abarcando los bordes anteroposteriores de la escotadura radial del cúbito.

  • Ligamento cuadrado: Es un ligamento pequeño, que se dispone en una lámina cuadrilátera, el mismo, une la escotadura radial del cúbito con la cabeza del radio.

Así pues, cabe resaltar que dichas estructuras ligamentarias son de suma importancia en el mantenimiento de la estabilidad y coaptación articular, durante los movimientos que realizan dichas estructuras. Ahora bien, es importante mencionar que dentro de éstas superficies articulares parten dos (2) grupos musculares sumamente importantes como lo es el grupo flexor y extensor de mano y muñeca, los cuales discurren por toda la cara anterior y posterior del antebrazo para terminar sobre los huesos de la mano y así poder realizar movimientos de flexión y extensión.

¿En qué consiste la epicondilitis?

Se trata de un proceso inflamatorio y degenerativo que tiene lugar sobre el tendón común extensor de los músculos del antebrazo a nivel del epicóndilo lateral de húmero, relacionado con estados de sobrecarga, estrés y sobreesfuerzo físico durante algún tipo de actividad diaria o laboral, incidiendo sobre todo en deportistas y atletas que practican tenis, pádel o en personas que les gusta tejer o hacer manualidades.

Inflamación presente a nivel del tendón extensor común a nivel del epicóndilo lateral del húmero…

Se puede decir, que dentro de los músculos que se ven afectados durante ésta patología y que forman parte del tendón común extensor por tanto parten del epicóndilo lateral del húmero se pueden incluir los siguientes:

  • Músculo extensor de los dedos: Los cuales discurren por toda la cara posterior del antebrazo y termina a nivel de la falange proximal del 2do al 5to dedo.

  • Músculo extensor propio del meñique: Discurre por toda la cara posterior del cúbito y termina en la falange proximal del 5to dedo

  • Músculo cubital posterior: Discurriendo por el cúbito hasta llegar la base del 5to metacarpiano

  • Músculo extensor radial largo del carpo: Quien termina sobre la base del 2do metacarpiano

  • Músculo extensor radial corto del carpo: Quien discurre hasta llegar a la base del 3er metacarpiano


Así pues, dentro de los principales síntomas que se refiere tras padecer de una epicondilitis lateral se pueden incluir los siguientes:

  • Debilidad muscular o sentimiento de pesadez al momento de realizar la extensión de muñeca y mano

  • Dolor agudo y punzante que se manifiesta sobre la cara externa del codo y que se agrava ante el movimiento

  • Puede haber presencia de inflamación que se generaliza por toda la región externa del codo

  • En algunos casos también puede manifestarse un dolor irradiado que se expande por toda la cara externa del antebrazo hasta la mano.

En tal sentido, dentro de los principales factores que pueden influir en la aparición de la epicondilitis lateral se pueden incluir los siguientes:

  • Práctica de deportes como el pádel o tenis sin haber cumplido con un correcto acondicionamiento neuromuscular previo a la actividad.

  • Levantar objetos muy pesados durante un largo periodo de tiempo sin descanso

  • Realizar estiramientos de manera errónea pudiendo dañar las fibras musculares

  • Principalmente realizar movimientos repetitivos que impliquen la extensión de la muñeca.

Evaluación fisioterapéutica

Al momento de evaluar al paciente, es muy importante documentar las distintas manifestaciones clínicas que se presentan ya que, podrá dar indicios de lo que puede estar sucediendo, tomando en cuenta la intensidad del dolor, localización y la descripción propia del mismo.

De igual manera, se deben tomar en cuenta las actividades comunes que realiza el paciente en su día a día, ya que, como se ha mencionado anteriormente, puede llegar a ser un factor determinante en el desencadenamiento de ésta patología.

En cuanto a la exploración física, se pueden realizar pruebas musculares dirigidas al grupo extensor común mediante contracciones excéntricas, de ésta manera se podrá identificar si existe alguna afección directa sobre dicha musculatura al referir dolor.

Principalmente, se debe realizar pruebas palpatorias directas sobre los vientres musculares y el tendón propio, para lograr identificar ésta patología, ya que, si al momento de palpar la inserción del tendón extensor común el paciente refiere dolor o incluso parestesia son signos claros de que puede existir una epicondilitis.

En sumatoria a lo anterior, se pueden incluir la “prueba de Thomson” y el “Test de Cozen”.

Protocolo de tratamiento para la epicondilitis lateral

Se puede decir, que para lograr un correcto abordaje es necesario entender las estructuras que se encuentran afectadas, posterior a ello, se debe hacer uso de herramientas que ayuden directamente a mitigar la sintomatología presente y que incluso ayudan en lograr una recuperación efectiva y rápida, en donde se pueden mencionar los siguientes:

Agentes físicos

Se puede decir que existe una amplia gama de agentes físicos que pueden ser usados para aliviar la sintomatología manifestada gracias a la epicondilitis, tal es el caso de los agentes térmicos, como la crioterapia pudiendo ser aplicada por un tiempo máximo de 10 minutos para poder ayudar a disminuir la inflamación y el dolor, igualmente, se pueden usar agentes electromagnéticos, como el ultrasonido o incluso el TENS mediante la electroanalgesia en función de poder lograr una correcta mitigación y eliminación de los síntomas.

Ejercicio terapéutico

En donde se puede incluir ejercicios para el fortalecimiento de la musculatura extensora de la muñeca, mediante el uso de pesas u objetos destinados a ello, esto con la finalidad de poder no solo causar una estimulación mecánica directa sobre el tendón extensor, sino también para favorecer al aumento del rango articular.

Punción seca

Aplicada principalmente sobre el vientre muscular en donde se ubican los puntos gatillo miofasciales, en función de liberarlos y así disminuir la sensación dolorosa y favorecer al aumento del rango articular.

Liberación miofascial

En donde se aplican técnicas para la inhibición y liberación del tejido miofascial de manera superficial o profunda, en donde se incluyen el deslizamiento longitudinal o en “J”, manos cruzadas, planos transversos y la técnica telescópica, esto ayudará a mejorar la movilidad y al mismo tiempo causar un efecto analgésico gracias a la estimulación mecánica.

Estiramiento activo

Puede aplicarse para lograr la elongación de las fibras musculares una vez se haya mitigado o disminuido la inflamación y el dolor, esto traerá como beneficio mejorar el movimiento y flexibilidad de los tejidos blandos.